El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, criticó una vez más al gobierno de Alberto Fernández y, poniendo el foco en la situación económica de la Argentina, opinó durante una transmisión en vivo por Facebook que "sólo un milagro la salvaría".

“Miren lo que está sucediendo en Argentina. Estuve allá en 2019 y dije muchas críticas. La clase A ya comenzó a dejar la Argentina. A la economía argentina solo un milagro puede salvarla”, remarcó Bolsonaro en una de sus conferencias online habituales. 

Sus declaraciones más recientes se producen luego de que esbozara una opinión similar el martes 27 de julio: “Miren lo que ocurre cuando la izquierda vuelve al poder. En 2019 lo anticipé, los argentinos ya están escapando hacia Brasil".

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro.

“No se necesita tener una bola de cristal para decirlo. Quien hace opciones erróneas va a pagar el precio tarde o temprano”, criticó en referencia a la aparición de "gobiernos populistas" tanto en Argentina como en Cuba y Venezuela.

También apuntó a la “interferencia directa del presidente (Alberto Fernández) en los medios de producción”, haciendo una clara referencia a la restricción a las exportaciones de carne que impuso el gobierno nacional, que cayeron un 41 %. 

Bolsonaro remarcó que el oficialismo en Argentina había prometido que así el precio iba a bajar y “el pueblo podría comprar”. “No solo el precio subió, sino que faltó (carne) en las góndolas o en los frigoríficos”, resaltó el presidente de Brasil.

Acto seguido, se pronunció respecto del líder opositor Lula da Silva y su posible vuelta al poder: “He mostrado a dónde quiere volver la izquierda y cómo están los países que han apoyado. El régimen que defienden no dio resultado en ningún lugar del mundo”.

El líder de la derecha brasileña dijo finalmente que “hace dos años no hay corrupción en Brasil”.  Recordó que él sí puede caminar por el país mientras que Lula “no puede salir a tomar un trago a un bar porque es insultado".

La popularidad de Bolsonaro está en su nivel más bajo, 24 %, por su caótica gestión de la pandemia de Covid-19 que ya dejó más de 553.000 muertos en el país y por las sospechas de corrupción en la compra de vacunas anti coronavirus.